En el artículo de hoy de Javier Casadesús nos habla de la igualdad que esta año hay en el circuito de pádel femenino.
Esta temporada, sin lugar a dudas, ha sido la del pádel femenino en el WPT. Toda la monotonía del circuito masculino se ha tornado en emoción en el femenino. Basten dos datos iniciales para demostrarlo: hasta 4 campeonas diferentes en solamente 7 pruebas y varios cambios de cabezas de serie durante el año, culminados por el destronamiento, en el último torneo y por los pelos, de la pareja número 1 los últimos años, Navarro – Reiter, a manos de la Llaguno – Amatriain.
La situación hasta este año era muy similar en categoría masculina y en la femenina. Una pareja, Navarro – Reiter en chicas y Juan Martín Díaz – Belasteguín en chicos, imponían una tiranía que no solo frena (aunque sea de manera inconsciente) el ímpetu de la pareja 2, sino que el freno se extiende a todas las parejas de cierto nivel. De hecho la primera derrota en Barcelona de Navarro – Reiter no solo dio alas a las gemelas Sánchez-Alayeto sino que abrió la puerta a que el resto de parejas top se creyeran que podían ganar a cualquiera. El razonamiento del jugador es sencillo: si esa pareja, a la que yo he ganado recientemente, puede ganar a las mejores, yo también puedo ganar a cualquiera. Apuesto a que el día que termine la hegemonía de JMD – Belasteguín (cosa que aunque parezca imposible terminará por ocurrir), sucederá lo mismo en el circuito masculino: se abrirán las puertas para varios jugadores, no solamente para los que logren destronarlos.
Analizando ya el circuito femenino, enseguida detectamos que hay 4 parejas inabordables para el resto (solamente Pavón – Tenorio han conseguido derrotar en una ocasión a una de ellas, en el primer torneo del año). Estas 4 parejas, pues, son con mucha claridad las mejores del circuito. Y son por orden de clasificación final:…….
Sigue leyendo el artículo en el blog de Javier Casadesús.
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