Cómo aumentar la motivación del deportista

Cómo aumentar la motivación del deportista

En multitud de ocasiones escuchamos frases como “está jugando sin motivación”,
“este año la pareja no está motivada”, “no me encuentro motivado para competir”…
Pero en realidad, ¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de motivación?.
En este punto es importante cambiar esta palabra por una más idónea: NECESIDAD.
Una persona está motivada cuando tiene la necesidad de hacer una determinada
tarea, que desaparece una vez satisfecha. Por lotanto, un niño puede jugar al
padel para cubrir diferentes necesidades: estar con sus amigos,
relacionarse con más personas, tener contentos a los padres, etc.
willy lahoz y gastón malacalza

 Por eso, en el momento en que la persona no vea su necesidad cubierta haciendo una
determinada acción, la buscará por medio de otras vías. Si un niño juega padel para tener
contentos a sus padres y aún así ve que no lo consigue, no verá cubierta su necesidad y jugará
desmotivado, sentirá el padel como una forma de pasarlo mal, de aburrirse, por lo que es muy
fácil que quiera abandonarlo. Por el contrario, si sus padres no le dejan, hará cualquier cosa
para boicotear los entrenamientos o pasará de ellos; una sutil manera de decirles “lo quiero
dejar”.

Un deportista desmotivado o poco interesado por lo que hace es una persona que ya ha
visto cumplida su necesidad, o la ha encontrado en otro lugar fuera del deporte que practica.

¿Qué hacer para motivar al deportista o mantener la que tiene?

 


En primer lugar debemos aclarar que un programa de motivación es algo parecido en
hacer un “traje a medida”, es decir, cada persona es única e irrepetible, y se deben “tomar las
medidas” al a persona para que le programa tenga éxito.

 

Lo primero que se debe hacer es saber PARA QuÉ necesita jugar al padel, no POR QUÉ.
Decimos esto porque normalmente el por qué nos remite al pasado y por el contrario el para
qué nos lleva al futuro. Lograremos una respuesta más precisa y concreta si respondemos a la
primera pregunta. Fíjate en la diferencia: “Juego a padel porque lo quieren mis padres” y “juego
a padel para tener contentos a mis padres”. Esta segunda opción da una información más
detallada de la necesidad que tiene esa persona de jugar al padel.

Si eres entrenador y tu labor es la de “motivar” a tu equipo, lo primero que tienes que
hacer es interesarte por cada uno de ellos. ¿Te has parado a preguntarles algo sobre su vida
privada? ¿Cuándo y cómo empezaron a practicar ese deporte? ¿Hasta dónde quieren llegar?
¿Quiénes son sus ídolos?, etc. Si la respuesta es NO, tienes una importante tarea a realizar a
partir de ahora. Sin apenas conocer a tu jugador no conseguirás sacar de él lo máximo de su
potencial. Sólo conociendo sus verdaderos intereses y necesidades conseguirás potenciar su
motivación y competencia.

1. Observa el rendimiento global del deportista, centrándote en el
comportamiento que deseas mejorar: es necesario conocer su
rendimiento global o cómo ha jugado en sus mejores etapas. Si la rendido al
100% de lo que puede hacer HAY QUE DECÍRSELO. En el caso de que veas
comportamientos negativos, la Técnica del bocadillo es muy eficaz:

a. Decir un comentario positivo de su actuación
b. Decir la conducta a mejorar
c. Terminar SIEMPRE con otro comentario positivo

2. Describe el rendimiento actual: con un lenguaje concreto y positivo
evitando juicios de valor. Mensaje neutro.

EJEMPLOS:

INCORRECTO
Eres un vago
Por haber venido la mitad de días que tenías
que venir ahora estás rindiendo por debajo de
lo que deberías a estas alturas de la
temporada y te cuesta llegar a las bolas.

CORRECTO
Buen partido
Has jugado muy bien, has mantenido el juego
de fondo y no te has precipitado en los set
points. Has sabido mantener la calma.
Ahí, aguantando!
Te has dosificado muy bien y gracias a ello
has aguantado físicamente hasta el final. Muy
bien.

3. Averigua por qué no se cumplen las expectativas: es importante
razonar con hechos medibles y no con suposiciones previas sobre qué es lo
que le puede estar ocurriendo al deportista. El número de excusas es
directamente proporcional a la forma de plantear el problema.
4. Elabora un plan de mejora: para ello es necesario plantear una serie de
objetivos a corto, medio y largo plazo. No conviene decir “mi objetivo es
mejorar el rendimiento”, porque no se puede medir ni cuantificar. Los
objetivos han de ser realistas, medibles, concretos y bien definidos.
5. Asegúrate de que la mejora ofrece compensaciones: el deportista
debe saber que el esfuerzo que va a realizar va a ser recompensado.

 

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