Nuestro día a día deportivo está lleno de objetivos y retos que en ocasiones alcanzamos y en ocasiones no. Tener confianza en nuestras capacidades hará que alcancemos nuestros objetivos. La causa de la mayoría de nuestros fracasos está en la falta de confianza en nosotros mismos (además de otros factores que también pueden influir).
Cuando hablamos de autoconfianza en el mundo del deporte hacemos referencia a la confianza que tiene el deportista en sus propios recursos para lograr un objetivo, un reto o un éxito deportivo. Debemos sentir que controlamos la situación teniendo en cuenta nuestras posibilidades y limitaciones y siempre formulando objetivos y metas realistas respecto a lo que uno mismo puede verdaderamente hacer. Por ejemplo, si nunca hemos realizado un buen revés no podemos pretender que en un partido nos salga el mejor revés de nuestra vida, deberemos practicarlo previamente y mejorar nuestra técnica en los entrenamientos para que después en un partido tengamos la confianza de que controlamos la situación, confiamos en nuestros recursos y nos saldrá bien.
A menudo se tienen ideas erróneas sobre la autoconfianza. Con frecuencia se piensa que las personas que se dan mensajes positivos como voy a ganar o no voy a fallar tienen una alta autoconfianza. Pero todos esos mensajes por sí solos no tienen validez si no van acompañados de un control de la situación y un planteamiento de objetivos realista. Un deportista con falsa autoconfianza se le reconoce por realizar múltiples manifestaciones verbales de sólida autoconfianza. Además es el que tiene planteamientos rígidos y sin opción a otras alternativas, el que se plantea altos objetivos sin analizar las dificultades, el que rechaza objetivos de menor relevancia, el que tiende a sobrevalorar sus propios recursos ante los demás y continuamente hace referencias a éxitos pasados, el que evita situaciones comprometidas y permanentemente busca excusas que justifiquen un rendimiento bajo, el que niega los propios errores y debilidades y tiene mínima tolerancia a la frustración, y finalmente, el que busca continuamente que alguien le refuerce lo que hace bien.
El nivel de autoconfianza influye en los entrenamientos y partidos, nunca sin pasarse porque el exceso de autoconfianza también puede hacer que genere justo el efecto contrario, que pensemos que ya dominamos y tenemos los recursos suficientes y descuidemos nuestra preparación en los entrenamientos o en las competiciones; es decir, que confiemos demasiado en nuestras posibilidades y al final acabemos perdiendo un partido o perdiendo técnica en los entrenamientos.
Recuerda que si quieres lograr tus metas, debes confiar en ti mismo. Para ello, no olvides ser consciente de tus posibilidades, plantearte objetivos realistas y entrenar para percibir que controlas la situación. Y siempre recuerda no caer en una falsa confianza.
Ana Arqués (Responsable de deportes de raqueta en Decathlon de Elche)
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