Traer la bola de vuelta, eficacia vs obsesión

Ya casi es la hora, vamos a entrar en la pista (pienso mientras veo a mis rivales ajustándose sus zapatillas y a mi compañero haciendo ligeros estiramientos). Nos saludamos, nada especial, un simple buenas y entramos a jugar. Es el momento… suena el PSSHHHH de un bote de bolas nuevo abriéndose, ya no hay vuelta atrás. La FIERA que hay dentro de mí está liberada y solo piensa en una cosa….¡¡golpear la bola con extrema dureza y traérmela de vuelta!!.

 

Traer la bola de vuelta, eficacia vs obsesión

 

Aunque parezca el inicio de un libro o de una película en realidad es un pensamiento muy común que se nos viene a la cabeza en el momento de empezar un partido. Dar todo lo que llevamos dentro y conseguir el mayor número de golpes definitivos que podamos.

Uno de esos golpes, es el remate plano, descargando adrenalina y golpeando violentamente la bola para que cuando rebote en la pared vuelva para nuestro campo. Es un golpe definitivo si se ejecuta bien pero cuidado si no seleccionamos bien el momento nos podemos llevar más de una sorpresa.
Si conseguimos tener una bola clara para poder hacer un remate fácil y con comodidad, debemos tener en cuenta 2 aspectos para traer la bola de vuelta: fuerza y técnica.
Sin técnica, puedes traerte la bola a tu campo pegándole un buen palazo plano a la bola (dependiendo del golpeo puedes traértela o sacarla por 4)
Con técnica (arqueo de cuerpo y flexión de rodillas), no necesitaríamos tanta fuerza ya que el rebote de la bola contra el cristal con el efecto que lleva hará que la bola salga despedida hacia arriba.
Si combinamos ambas, el remate será tan plástico como definitivo ya que la bola volverá a una altura y velocidad imposibles de alcanzar.
Cecilia Reiter rematando plano
Ser capaces de hacerlo bien, llena de orgullo y libera mucha adrenalina a la persona que lo realiza pero… hay que saber leer la situación del partido.Si vemos nuestra posición y la del contrario, no todos los globos fáciles deben acabar en remate plano para traerla de vuelta. Un ejemplo es ver a nuestros rivales adelantándose mucho cuando creen que romperemos la bola para intentar traérnosla y así intentar tocarla cerca de la red como quién está cazando mariposas. En este caso, es más efectivo por ejemplo una bandejita suave, cruzando la bola con efecto para que cuando rebote en la pared se quede muerta cerca de ella.
Aunque sea un golpe fácil, puede ponernos en apuros. No debemos confiarnos nunca ni dejar que la obsesión nos ciegue. Lo importante no es un solo punto sino la suma de todos lo que nos hace ganar el partido.
Xesús Pérez
Responsable deportes de raqueta en Decathlon Oleiros
Monitor de producto de pádel

Aunque parezca el inicio de un libro o de una película en realidad es un pensamiento muy común que se nos viene a la cabeza en el momento de empezar un partido. Dar todo lo que llevamos dentro y conseguir el mayor número de golpes definitivos que podamos.


Uno de esos golpes, es el remate plano, descargando adrenalina y golpeando violentamente la bola para que cuando rebote en la pared vuelva para nuestro campo. Es un golpe definitivo si se ejecuta bien pero cuidado si no seleccionamos bien el momento nos podemos llevar más de una sorpresa.


Si conseguimos tener una bola clara para poder hacer un remate fácil y con comodidad, debemos tener en cuenta 2 aspectos para traer la bola de vuelta: fuerza y técnica.


Sin técnica, puedes traerte la bola a tu campo pegándole un buen palazo plano a la bola (dependiendo del golpeo puedes traértela o sacarla por 4)Con técnica (arqueo de cuerpo y flexión de rodillas), no necesitaríamos tanta fuerza ya que el rebote de la bola contra el cristal con el efecto que lleva hará que la bola salga despedida hacia arriba.


Si combinamos ambas, el remate será tan plástico como definitivo ya que la bola volverá a una altura y velocidad imposibles de alcanzar.

 


Cecilia Reiter rematando plano


Ser capaces de hacerlo bien, llena de orgullo y libera mucha adrenalina a la persona que lo realiza pero… hay que saber leer la situación del partido.Si vemos nuestra posición y la del contrario, no todos los globos fáciles deben acabar en remate plano para traerla de vuelta. Un ejemplo es ver a nuestros rivales adelantándose mucho cuando creen que romperemos la bola para intentar traérnosla y así intentar tocarla cerca de la red como quién está cazando mariposas.


En este caso, es más efectivo por ejemplo una bandejita suave, cruzando la bola con efecto para que cuando rebote en la pared se quede muerta cerca de ella.


Aunque sea un golpe fácil, puede ponernos en apuros. No debemos confiarnos nunca ni dejar que la obsesión nos ciegue. Lo importante no es un solo punto sino la suma de todos lo que nos hace ganar el partido.


Xesús Pérez

Fuente: http://blog.padel.decathlon.es/

 

 

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