Lo dijimos ayer, tras la ausencia de los reyes los príncipes querían ocupar el trono. Y así lo hicieron, con naturalidad, sin presión, sin importarles las figuras que había del otro lado de la red. Una gran exhibición de pádel, con un mejor repertorio de golpes y un planteo táctico que salió a la perfección. Una superioridad incontestable desde el primer minuto, porque Gaby y Bebe sufrieron para mantener cada uno de sus saques.
Como lo hicieron en semifinales contra Agustín y Maxi, salieron con el libreto bien aprendido. La táctica todo al rincón de Auguste, por arriba y por abajo, jugando muy bien Pablo en paralelo y resolviendo siempre Juani con facilidad y otras tantas con mucha clase, como cuando cerró el primer set con una dejada espectacular.
Y tanto va el cántaro al agua que al final se rompe. Así ocurrió. Llegó el break, en el noveno juego al servicio del Bebe, y luego no les pesó ni un gramo la responsabilidad para cerrar el set. Lo hicieron en blanco, a toda velocidad, como suelen jugar cada punto.
Está claro que no se les puede dejar que lleven el ritmo del partido, que ganen la red, porque difícilmente fallen. Tuvieron nuevamente arrinconados a sus rivales y así se les hace más fácil resolver.
Hubo que esperar hasta el primer juego del segundo set para que Bebe y Gaby ganaran su servicio con tranquilidad. Pero nuevamente a partir de ese momento apareció el amplio repertorio de golpes de los campeones, que obligaron al aplauso y la admiración del público. La confianza de tener dominado el partido te permite soltar más el brazo, jugártela y todo les salía bien.
A eso debemos sumar la ofuscación e impotencia de sus rivales, que tratando de “enfriar” el partido se quejaron al árbitro por la altura a la cual estaban sacando Juani y Pablo. Eso tampoco benefició a los “viejos rockeros”, que se fueron del partido por algunos minutos y se encontraron rápidamente con un break en contra en el tercer juego y otro más en el quinto.. Era 4-1 y servicio de Pablo para comenzar a llenar la copa con el mejor Vino de Rioja.
Pero llegó el mejor momento de Auguste-Reca en el partido. Tuvieron sus primeras tres bolas de break a favor en el partido. Era el sexto juego, se pusieron 4-2 y consolidaron al siguiente para acercarse y meterse otra vez en la lucha.
La gente disfrutaba, aplaudía, los apoyaba, quería ver más pádel. Pero a Juani no le tembló el pulso con su saque nuevamente, lo ganó con facilidad para marcar el 5-3.
Y al siguiente juego llegó la sentencia. Servicio de Gaby, 15-40, doble “match point” y no hubo espacio para la reacción. Juani y Pablo lo liquidaron a la primera, para fundirse en el abrazo, para celebrarlo desde Bahía Blanca a Porto Alegre, para dedicárselo al papá de Pablito que festejaba su cumpleaños y a su mujer que lo pudo vivir en directo gracias a la magia de internet.
Enhorabuena campeones y ánimo “viejos rockeros” que restan aún muchos conciertos.
Textos: Oscar Solé
Fuente: http://www.padelprotour.com
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