Cuando el pádel llegó a España, aparte de tildarlo de deporte elitista, se nos presentaba entre paredes de cemento. A medida que la afición por este deporte ha ido creciendo, hemos disfrutado de las mejoras en las instalaciones y en las palas. Aquellas finas palas que parecían de playa que nadie conocía se han convertido en algo familiar para todos. Sus avances en los materiales han ayudado a mejorar el control y la potencia de las mismas, colaborando de manera esencial en la mejora del espectáculo.
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Las pistas también han sufrido un cambio drástico; los duros muros verdes han ido dejando entrada a los cristales, y la verja ha mejorado su consistencia evitando que los años acaben por pasarle factura como las primeras. Con la llegada del cristal se ha producido otro de los cambios que más han hecho por el espectáculo en este deporte; la reducción de la altura lateral a 3m, 4m en las pistas de muro, lo que permite a los jugadores salir a por las bolas fuera del recinto.
A pesar de que en la actualidad los jugadores prefieren en su gran mayoría las pistas de cristal, nos encontramos con que la inversión realizada por los complejos deportivos no les permite cambiar la superficie de las instalaciones y por tanto, siguen disputándose torneos federados en muro. De ahí que queramos analizar el cambio en el juego de una superficie a otra, y aconsejar desde nuestro punto de vista sobre el despliegue táctico que se debe realizar en cada una de las pistas.
Una obviedad es la diferencia con la que una superficie u otra despide la bola. El muro, absorbe mucho más la velocidad de la bola y por tanto, sale mucho menos despedida de pared que sobre una superficie de cristal.
El cristal, al no tratarse de una superficie rígida sino que permite un pequeño balanceo, (vital para los choques), devuelve la bola con mayor fuerza que el muro, ya que absorbe menos la fuerza del golpe inicial. Es por ellos por lo que una de las primeras recomendaciones a la hora de jugar en muro, es la de evitar el juego directo y agresivo si no se encuentra en una posición clara, ya que el contrario dispone de más tiempo para leer el golpe y llegar en la salida de pared.
En cristal, el golpe frontal es casi definitivo, siempre que el juego lo permita, un remate paralelo fuerte a la pared de fondo suele acabar en buen puerto. Con la continua mejora de las palas, favoreciendo cada vez más el golpeo duro, es altamente recomendable acelerar la bola cuando se pueda, buscar profundidad en los golpes y darle un ritmo alto al juego.
En las pistas de muro, los laterales también tienen una altura de 4m, por lo que es prácticamente imposible realizar un remate que saque la bola por el lateral. Un golpe tan habitual en cristal como ese no sirve en esta superficie, por lo que se recomienda en éstos casos realizar una bandeja cortada hacia los rincones. Al repeler en menor medida el muro que el cristal, las esquinas son uno de los puntos clave del juego en muro. En las pistas de cristal, siempre que se pueda, veréis como todos tratan de sacar la bola por 3 y así obligar a su rival a salir de la pista a por la bola. Suele ser un golpe definitivo y sin duda, es uno de los más habituales en ésta superficie.
Otra de las diferencias entre pistas es la valla que rodea la pista. Las pistas más modernas la verja es más rígida y la bola suele salir despedida. Se convierte así en un golpe impredecible y muy utilizado ya que la bola puede salir despedida para cualquier lado y por lo tanto crea imprecisiones en los rivales.
Las primeras pistas de muro utilizaban una valla habitual en la construcción de viviendas, de un material fino y flexible que con el paso de los años y el uso acababa por deteriorarse mucho. Generalmente, todas las pistas de muro suelen acabar con la parte central de la verja hundida hacia adentro y la parte final saliendo hacia afuera, ondulando así la valla.
Generalmente, un golpe a la valla en ese estado suele beneficiar al rival ya que al estar ondulada el golpe sale franco hacia arriba y permite a tu rival atacarte. Por norma, las pistas de muro suelen tener una esquina saliente entre el final de la valla y el principio del muro, es recomendable buscar ese lugar ya que creará sin duda problemas a tus rivales. En las pistas modernas no es tan notorio ese cambio por lo que es casi imposible que en ese punto se haga daño fácilmente.
Las diferencias son muy grandes, y entre los jugadores cada vez se escucha con mayor frecuencia la frase “Parecen deportes distintos”. Y en gran medida tienen algo de razón, no llegan a ser deportes distintos pero sí que sufre grandes variaciones en el juego. Poco a poco el muro irá desapareciendo y dejará su hueco a las pistas de cristal, pero hasta entonces, tendremos que cambiar el chip!
Fuente: http://blog.bullpadel.com
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