Javier Casadesús nos habla del mundo en las redes sociales de los jugadores que no son de primera línea a nivel de publicaciones propagandistas.
El pádel, al ser un deporte de pareja, permite aparecer como ganador cuando se obtiene una victoria y desvincularse de la derrota. Todos, o la mayoría, lo hacemos. Quién de nosotros no saca pecho cuando gana y descarga todos los deméritos en el compañero después de perder? Supongo que será una característica humana al fin y al cabo.
Pero los equipos de pádel los componen dos personas, que no son tantas, y eso permite desvincularse del resultado hasta cierto punto. Definitivamente uno acaba teniendo la pareja que merece (si eres mejor que tu compañero lo dejarás por otro de superior nivel y si eres inferior no dudarán, en legítima aspiración, en buscar un compañero que cumpla las expectativas). Además, los rankings de las diferentes federaciones y los resultados a largo plazo colocan a cada uno en su sitio y salvo lesiones que se prolonguen en el tiempo o graves contratiempos suelen reflejar la realidad.
Dicho lo anterior sorprende la política de comunicación de algunos jugadores, normalmente de segunda, tercera o cuarta fila, que a través de Twitter, Facebook o plataformas más atrevidas nos cuentan una realidad……….
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