A palazos en el juzgado para controlar el negocio del pádel

Es todo un fenómenos del deporte popular. Con más de dos millones de aficionados en activo, el pádel está llamado a convertirse en un negocio muy jugoso que sólo la crisis ha impedido despegar como se esperaba. Aun así, el interés existente entre quienes forman parte del sector por controlar el circuito profesional ha terminado en bronca y lío judicial. En juego hay varios millones de euros y dos bandos hoy miércoles se han visto las caras en los juzgados de lo Mercantil de Madrid.

 

Palazos en el juzgado para controlar el negocio del padel

 

 

 

esde esta temporada 2013, World Pádel Tour (WPT) es la empresa gestora del circuito profesional. Detrás de esta iniciativa se encienta la Asociación de Jugadores Profesionales de Padel (AJPP), que ha contado con el apoyo inestimable de la firma de eventos Show Marketing y con el respaldo económico de Cervezas Damm, patrocinador principal y avalista de la iniciativa, para disgusto y desazón de quienes controlaban hasta hace meses, y durante años, el negocio.

Hace casi una década, un grupo de empresarios vinculados a este deporte en ciernes inventó y desarrolló el actual mundo del pádel profesional, constituido en torno a Pádel Pro Tour (PPT). El furor por las palas, superior ya incluso que al tenis, dio lugar a la formación de un circuito consolidado de torneos, con patrocinadores comerciales y una bolsa de dinero en premios a repartir que permitió a varias decenas de jugadores convertirse en cotizados profesionales.
Desde el principio de los tiempos, la presencia de Damm ha sido una constante en este deporte. La afición personal de Demetrio Carceller por el pádel hizo que la cervecera apoyara el incipiente circuito de pruebas amateur que se fraguó en Madrid. Era la oportunidad para ligarse a un evento deportivo emergente en el corazón del territorio de Mahou. Y por supuesto, en cuanto el circuito profesional se fraguó, como evolución del pionero Opel Pádel Tour, la cervecera de Barcelona participó.
El mundo feliz de la familia del pádel se rompió en algún momento de 2010, pero ha saltado por los aires esta temporada, cuando el trasvase de poderes dentro del negocio se ha llevado a cabo. Como no puede ser de otra manera, tras varios años de idas y venidas, el juicio de esta jornada viene precedido de varias traiciones, con socios que han cambiado de bando, y muchas decepciones personales, con jugadores bandera vendiéndose al mejor postor. La reconciliación es imposible.
Aunque ya ha llovido, la división en el circuito llegó a ser de tal calibre que hace más de año y medio, antes de que PPT comprobara la imposibilidad de renovar todos sus contratos con jugadores y APJJ a partir de 2012, llegó a existir la posibilidad de que existieran dos ligas profesionales, con la pareja más importante del mundo, la formada por los argentinos Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín, dividida y encabezando cada una de ellas. O sea, pocos y mal avenidos.
Al final, el compromiso de Damm, presente durante años bajo el formato de PPT, con el nuevo proyecto resultó decisivo para que la Asociación Profesional de Jugadores y las principales estrellas del circuito consumaran la creación del WPT, con más dinero, más recursos y un formato de pruebas similar. Por este motivo, los inventores del pádel profesional en el prometedor mercado español reclaman una compensación por vía judicial de una idea y un negocio que consideran suyo.

Desde esta temporada 2013, World Pádel Tour (WPT) es la empresa gestora del circuito profesional. Detrás de esta iniciativa se encienta la Asociación de Jugadores Profesionales de Padel (AJPP), que ha contado con el apoyo inestimable de la firma de eventos Show Marketing y con el respaldo económico de Cervezas Damm, patrocinador principal y avalista de la iniciativa, para disgusto y desazón de quienes controlaban hasta hace meses, y durante años, el negocio.


Hace casi una década, un grupo de empresarios vinculados a este deporte en ciernes inventó y desarrolló el actual mundo del pádel profesional, constituido en torno a Pádel Pro Tour (PPT). El furor por las palas, superior ya incluso que al tenis, dio lugar a la formación de un circuito consolidado de torneos, con patrocinadores comerciales y una bolsa de dinero en premios a repartir que permitió a varias decenas de jugadores convertirse en cotizados profesionales.


Desde el principio de los tiempos, la presencia de Damm ha sido una constante en este deporte. La afición personal de Demetrio Carceller por el pádel hizo que la cervecera apoyara el incipiente circuito de pruebas amateur que se fraguó en Madrid. Era la oportunidad para ligarse a un evento deportivo emergente en el corazón del territorio de Mahou. Y por supuesto, en cuanto el circuito profesional se fraguó, como evolución del pionero Opel Pádel Tour, la cervecera de Barcelona participó.


El mundo feliz de la familia del pádel se rompió en algún momento de 2010, pero ha saltado por los aires esta temporada, cuando el trasvase de poderes dentro del negocio se ha llevado a cabo. Como no puede ser de otra manera, tras varios años de idas y venidas, el juicio de esta jornada viene precedido de varias traiciones, con socios que han cambiado de bando, y muchas decepciones personales, con jugadores bandera vendiéndose al mejor postor. La reconciliación es imposible.


Aunque ya ha llovido, la división en el circuito llegó a ser de tal calibre que hace más de año y medio, antes de que PPT comprobara la imposibilidad de renovar todos sus contratos con jugadores y APJJ a partir de 2012, llegó a existir la posibilidad de que existieran dos ligas profesionales, con la pareja más importante del mundo, la formada por los argentinos Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín, dividida y encabezando cada una de ellas. O sea, pocos y mal avenidos.


Al final, el compromiso de Damm, presente durante años bajo el formato de PPT, con el nuevo proyecto resultó decisivo para que la Asociación Profesional de Jugadores y las principales estrellas del circuito consumaran la creación del WPT, con más dinero, más recursos y un formato de pruebas similar. Por este motivo, los inventores del pádel profesional en el prometedor mercado español reclaman una compensación por vía judicial de una idea y un negocio que consideran suyo.


Fuente: http://blogs.elconfidencial.com

 

 

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