Roscos y cervezas en el pádel

Siempre se habla de lo social que es el pádel ya no solo por el hecho de que jugando se suelen formar grandes grupos de jugadores con los que se van intercambiando partidos sino por las relaciones que se crean fuera de la pista. Dentro de estas relaciones hay una muy arraigada y que, sobretodo en verano, forma parte del ritual del post partido de pádel.

 

Roscos y cañas de ceveza
Roscos y cervezas


Se trata de tomarse unas cervezas al finalizar los partidos ya sea con los compañeros con los que hemos jugadores como con otros que están en el club.
Esta práctica, además de ser muy común como parte del ámbito social, también suele utilizarse en muchos clubs como un tipo reto o pique para que los jugadores que han recibido 6-0 en contra ( también muy conocido como rosco) paguen la caña de cerveza a los que lo han endosado independientemente del resultado final del partido.

 

En la mayoría de los casos es más bien un juego o excusa para tomarse la cerveza pero además creo yo que tiene una derivada que favorece a que los partidos sean más disputados ya que a nadie le gusta que le «metan un rosco» y menos que eso provoque pagar la cerveza a los rivales.
Cuando un jugador amateur suele jugar muchos partidos a la semana suele ocurrir que la motivación, ganas y rendimiento físico / mental en general se vea afectado (sobreentrenamiento). Sólo que uno de los 4 jugadores esté en esta situación o fuera del partido, el juego del match se ve muy afectado e incluso alguno del resto de jugadores pueden entrar en la misma dinámica.

 

Total, al final deriva a un partido sin intensidad, continuidad ni buenos puntos. Aunque no es infalible,  el «pacto» entre jugadores de roscos y cervezas debería motivar o más bien concienciar a los jugadores de alguna forma para que no se dejen llevar y tiren el partido o algún set.

 

Además, cabe añadir que la cerveza es la bebida ideal para rehidratarse tras jugar un partido de pádel pues contiene hidratos de carbono que reponen las pérdidas de glucógenolos y niveles de sodio y potasio ideales para reponer los que perdemos a través del sudor.

 

Así que ya sabéis, tras un buen partido de pádel (con o sin roscos) una buena cerveza fría. Eso sí, siempre con moderación ;-).


 

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